Onirosis
Esta semana, aún no sé por qué, tuve tres sueños muy raros. Más raro todavía es que los recuerde, mi memoria onírica suele ser muy selectiva en ese aspecto. Es fecha que desconfío de los oráculos y seudo diccionarios que pretenden decirte el significado de los sueños. De lo que estoy segura es que esa suerte de corto o largometrajes contienen imágenes alegóricas que quizá con paciencia y salivita puedan estar relacionadas con lo que vemos, pensamos, sentimos y percibimos a diario, y que a lo mejor es una forma que tiene la mente de acomodar y/o darle sentido a la sobreexposición informativa.
El martes tuve dos. En el primero aparecía mi amá, que este año cumple dos de haberse mudado de dimensión. Había sido resucitada por no sé que médicas artes, el caso es que estaba ahí, alguien decía que tendría que estar bajo tratamiento de por vida (las incoherencias del sueño parte mil), pero lo más raro es que había dado a luz a un mango. Sí. Un mango común y corriente. Los médicos decían que era obligatorio rebanarlo, y yo me oponía. Al final acabaron haciéndolo y sólo me quedó observar. Fin.
El otro tenía como protagonistas a un gran amigo periodista y a un hombre procedente de Bosnia, pero que vestía como un cosaco. Mi amigo lo entrevistaba, y el hombre se quejaba amargamente porqe tuvo que salir de su país a causa de la guerra en Los Balcanes. Le mostraba al reportero las únicas dos cosas de su país que traía consigo: un billete y la copia fotostática de una moneda. Llevaba entre sus brazos a una niña que no cesaba de llorar. Él lloraba también. Como mi cuate ponía jeta como diciendo "esta pinche huerca no me deja hacer mi chamba", yo la tomé y comencé a cantarle algo. La niña dejó de llorar, se acurrucó en mi pecho y se durmió. Fin.
El tercero y último fue el miércoles. Era el 2012. Había una pantalla de tv donde unas voces daban reportes de última hora en torno a un huracán categoría 6 que entraba por Tamaulipas, llegaba a Nuevo León en 4 ó 5 y se metía hasta la cocina de Coahuila como nivel 3. Mientras en pantalla aparecían los gráficos de la trayectoria del fenómeno inusual, una de las voces preguntó: ¿qué pasó con Nuevo León?. Otro más respondió: no quedó nada, lo borraron del mapa. Fin.
Con éstos creo que suman cinco o seis los sueños que recuerdo en toda mi vida. En una ocasión tuve uno recurrente. Bajo el efecto de cámara subjetiva, me encontré de noche en calles empedradas que se supone eran las de Berlín durante la segunda guerra mundial. Corría bajo llovizna tratando de escapar de soldados nazis que iban tras de mí. Me atrapaban y me llevaban a un paredón, donde ya estaban otros más armados con fusiles. Una voz decía: preparen, apunten, y "fuego". No terminaba esa palabra cuando oía la descarga y todo se ponía negro. Fin. Tres o cuatro veces en el lapso de cuatro meses lo reviví.
Otro más pasó en el 2004. De nuevo cámara subjetiva. Llovía de a madres en la ciudad. Era de noche. El agua cubría casi por completo un paso a desnivel y la única iluminación la daba un poste de luz mercurial. De pronto un montón de gente aparecía por un costado del paso, en fila y en silencio, se metían a la inundación. Fin.
A la mañana siguiente le conté a una tía. Me preguntó que de qué color había visto el agua. Le dije que no sabía porque la luz era muy poca. Me preguntó si el agua lucía tranquila o agitada. Respondí lo segundo. Recordó que su madre decía que soñar con aguas turbias y/o agitadas significaban lágrimas. Cierto o no, el caso es que días después mi amá murió. En el 2002 soñé más de un par de veces que los dientes se me caían, y unos me dijeron que significaba buena suerte y otros que un familiar o amigo moriría en poco tiempo. No supe qué pensar hasta dos años después.
Un día de estos me gustaría tener un sueño como los de la Luppa Maggiora, que una noche se vio salir de su oficina, ubicada en el Barrio Antiguo. Mientras caminaba refunfuñaba porque su jefa la había corrido. Y de pronto se topa con todos los personajes de Mafalda pedísimos = ebrios = como placa de tráiler = ahogados, etc. Eso sí, bien felisotes. Veía a Mafalda con la faldita levantada, mostrando los calzones y bañada en su propia guácara, y a Felipín agarrado a un poste muerto de la risa. La invitaba a agarrar la jarra pero ella estaba tan enojada que seguía su camino. Fin. Todavía me río al recordarlo.
Ahora que lo replanteo, creo que son más de cinco los sueños que recuerdo, pero no pasan de 10.
Dicen que soñar no cuesta nada, que se vale soñar. Hay gente que baila, canta, muere, miente, sufre y hasta mata por un sueño. Lo único cierto en mi vida es que entre este sábado y el domingo daría mi reino por poder disfrutar del nocturno y cristiano descanso, con o sin sueños incluidos. Fin.
Comentarios
Pos qué estamos soñando?
Yo quiero volver a agarrar el pedo con Mafada y sus cuates. Es la única forma de salir de la pesadilla en la que nos estamos metiendo.
becho!
Una vez me quede dormido en el sillon de la sala y estaba viendo la novela de "muchachitas".........uuuuuu........y soñe que andaba en un baile y todos hablaban como la novela, yo me desesperaba y les decia que no les entendia y seguian hablando igual.......hasta con los comerciales, en eso me desperte exhaltado y vi que era la tele la culpable de mi sueño.
buen blog, saludos
pero si he tenido recurrentes
tus sueños estan buenos y como que se relacionan