Humor sombrío

Hace unos días soñé que presenciaba un asesinato, no recuerdo de quién. Que luego del hecho me iba hecha madre a mi casa para deshacerme de toda evidencia de que había estado en el lugar del crimen. Me exfolié el cuerpo entero, luego me duché. Me friccioné las manos con alcohol y limpié a conciencia mis uñas. Revisaba mi ropa en busca de manchas o confirmar que nada del sitio se había pegado a ella. Todo porque sentía miedo. ¿De qué, si yo no era la asesina? Lo ignoro.

Esta mañana, como muchas en las que me pagan por no hacer nada, busqué en un seudo diccionario de sueños el significado de soñar con un asesinato. He aquí lo que hallé:

Todos los sueños de violencia, y más todavía si son de una violencia, implican graves conflictos internos entre nuestro deseo de independencia y las normas legales, morales o cívicas que nos atan.

Tras un sueño semejante, lo que se impone es un serio análisis para reconocer y asumir esta situación interna buscándole una salida pacífica (el deporte, por ejemplo), evitando así que la tensión inconsciente pueda llegar a exteriorizarse en actos violentos o en el quebrantamiento violento de las normas cívicas.

Sueños relacionados con asesinatos son frecuentes en las personas que sufren una depresión.

Definitivamente, mis actuales mañanas son un magno fastidio...y debo hacer algo al respecto.

Mientras tanto, recomiendo la lectura de El asesinato considerado como una de las bellas artes, de Thomas de Quincey, así como Psycopathia sexualis, de Richard von Krafft-Ebing, pionero de la sexología y la medicina forense.