Descubriendo a Girondo

Abandoné las sombras
las espesas paredes
los ruidos familiares
la amistad de los libros
el tabaco
las plumas
los secos cielorrasos
para salir volando
desesperadamente.

Abajo: en la penumbra
las amargas cornisas
las calles desoladas
los faroles sonámbulos
las muertas chimeneas
los rumores cansados
desesperadamente.

Ya todo era silencio
simuladas catástrofes
grandes charcos de sombra
aguaceros
relámpagos
vagabundos islotes
de inestable riberas
pero seguí volando
desesperadamente.

Un resplandor desnudo
una luz calcinante
se interpuso en mi ruta
me fascinó de muerte
pero logré evadirme de su letal influjo
para seguir volando
desesperadamente.

Todavía el destino
de mundos fenecidos
desorientó mi vuelo
de sideral constancia
con sus vanas parábolas
y sus aureolas falsas
pero seguí volando
desesperadamente.

Me oprimía lo flúido
la limpidez maciza
el vacío escarchado
la inaudible distancia
la oquedad insonora
el reposo asfixiante
pero seguía volando
desesperadamente.

Ya no existía nada
la nada estaba ausente
ni oscuridad
ni lumbre
ni unas manos celestes
ni vida
ni destino
ni misterio
ni muerte
pero seguía volando
desesperadamente.

Oliverio Girondo

Comentarios

Luz dijo…
hola alma, me gusta mucho girondo, el otro dia pensaba que sin querer y casi sin que me de cuenta, me acompaño en momentos claves de mi vida, un beso grande, te linkeo, asi vengo mas facil.-

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