Las buenas maneras antes que todo

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La revista Housekeeping (La buena ama de casa), de la que soy suscriptora (JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA), publicará en noviembre una suerte de guía de las buenas maneras para las jóvenes británicas de la actualidá. Me temo, un recurso desesperado producto de escasez de material e inminencia del cierre de edición.

Detalles so cute como que dos amigas deben saludarse con uno o a lo mucho dos besos en las mejillas, siendo Francia la excepción con tres, que son de rigorch; tomar comida del plato del de al lado, no besar a ningún hombre con el que tengas vínculos laborales (jefe, plomero, médico, etc) son algunas de los tips que las mujercitas deben tener muy presentes. Dice la web de la BBC que este manual va dirigido a la generación de jóvenes mujeres cuyo estilo de vida y creencias son reflejadas en series como Sex & the City.

También debe evitarse discutir a grito pelado en público y evitar el vestuario del gimnasio yendo vestida directamente con ropa deportiva (mea culpa); jamás pelear sobre la factura en el restaurante, utilizar el inodoro mientras tu marido se ducha o escribir en un correo electrónico lo que no estés dispuesta a decir cara a cara.

Y como el sentido del humor inglés es DE LI CIO SO, la guía dice que es de obligado cumplimiento invitar al ex marido a tu boda y ser muy amable cuando te responda que le es imposible asistir y, por supuesto, hablar siempre muy bien de él cuando hay niños delante; servir la comida antes de una hora desde la llegada de tus invitados -porque si no te los encontrarás borrachos (yo digo que, sea antes o después, de todas formas la raza cuete se pondrá).

En la cotidianeidad trato de ser un ente civilizado y no poner en ridículo el honor de mis antepasados, aunque no me esfuerzo demasiado. Sin ser tampoco una cavernícola, lo cierto es que si me lo propongo o provocan mi indignación, puedo ser peor que un mono araña sobre la cabeza de un escuincle. Conversaciones estúpidas, gente sosa como cuchara de plástico, colegas, ruedas de prensa absurdas, humanos mamilas, conferencias sin chiste, discusiones, regalos o sorpresas desagradables, etc, todos en alguna ocasión han liberado a mi “bête”, y las buenas maneras se han ido al carajo. Queridas amigas en una que otra ocasión me han señalado el cruel ensañamiento al cual someto a más de uno o una, o varios. Y respondo cual Luppa Più grande: nostenchingando (para que no quede duda de los buenos modales).

Yo agregaría a la loable lista de conductas adecuadas lo siguiente:

Si eres invitad@ a una fiesta y no tienes dinero para el taxi o las chelas, hay que avisar a la raza, pa no salir luego con tragedias. Tampoco es recomendable llevar amigos o amigas desconocidos para el anfitrión, más si es territorial y elitista como el Ciudadano Cero y yo (“o sea, no te ofendas, pero hay niveles, you know”…)

Si pretendes saludar con beso cachondo a alguien, dejar un litro de baba en la mejilla o en la boca es todo menos encendedor de la libido.

Si te encuentras a alguien insoportable que pretende acercarse a saludar y no puedes esquivarlo simula recibir una llamada de tu celular o abre un libro o periódico en cualquier página, siempre y cuando no esté al revés. Eso sí sería de muy mal gusto, a menos que seas pariente de Batman.

Sigo esperando un manual de buenas maneras para los batos…

Comentarios

Pablo Perro dijo…
Eso de las llantas ene l comentario anterior... no lo entendí... pero me pareció d emuy malas maneras.

Y los vatos no debemos tener buenas maneras, menos en uruguay y argentina que ahora todos se saludan de beso en la mejilla, lo cual me lleva a pensar que están muy educados pero también muy jotos.

Acuerdate que nosotros semos ranchosexuales.
Alma Ramírez dijo…
ya sé, pinches anunciantes jodidos, me encabrona que invadan este espacio. Si alguien sabe cómo evitar que sigan apareciendo dígame la manera plis

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