¿Quién lamerá tus heridas de cara al ocaso que se anuncia?

Free Image Hosting at www.ImageShack.us

Hay días en que siento que algo anda mal conmigo, porque leo los blogs a mi alrededor, y todos y todas escriben pura cosa sesuda, séntida y projunda. Pareciera que enfocan sus mentes a cosas trascendentales, imperecederas, y una quisiera emularlos pero siempre acaba viendo pa otro lado. Confieso que mi mente se dispersa a la menor provocación, o tal vez sea una defensa ante el aburrimiento, anyway.

Anoche fui a un recital poético, específicamente una cantata para verso y laúd con acompañamiento de piano, en voz de Aitana Alberti, hija del poeta español Rafael Alberti y en los instrumentos los cubanos Efraín Amador y Doris Oropesa, laúd y piano respectivamente.

Confieso que al principio pensé que sería uno de esos tantos eventos donde la solemnidad te avasalla y te deja de cabeza pero nanay, estuvo tan rico el asunto que casi salgo levitando. Quién sabe qué suerte de brujería habita la voz de Aitana, mujer de 65 años de edad, el hecho es que gracias a ella recorrimos, escudriñamos y fantaseamos junto al laúd su paso por las tierras árabes, españolas, francesas, italianas e inglesas (básicamente de eso trata el recital, textos de Rafael Alberti ambientados e intercalados con fragmentos o adaptaciones de obras clásicas o populares de genios como Scarlatti, Mozart, Albéniz, Bach, Lully, anónimos y música tradicional árabe, fusión que narra la historia del laúd, todo esto como homenaje a Paco Aguilar, gran laudista murciano y amigo de Alberti). Como raras veces disfruté el evento que estaba cubriendo, me relajé y pude entrevistar a esta mujer cuyo nombre provino de la última región que vieron sus padres antes de partir rumbo al exilio a consecuencia del franquismo (en cuanto tenga lista la reseña y la entrevista pondré la liga del periódico donde saldrán publicadas, tijera más o tijera menos del tío Mundo, mi querido editor desde hace casi diez años).

Nomás una muestrita de lo que oí esa noche. La última frase es la que me cimbra, guiño afortunado…

ARAGÓN
Falla: Jota

Dicen que no nos queremos
porque no nos ven hablar
a tu corazón y al mío
se lo pueden preguntar.


La jota es un toro bravo
en medio de un olivar.

Ya me despido de ti,
de tu casa y tu ventana.
Y aunque no quiera tu madre,
adiós, niña, hasta mañana.*


La jota es un toro bravo
en donde le da la gana.

*Populares, las coplas en cursiva.

Comentarios

Pablo Perro dijo…
Dicen que no nos queremos
porque no nos ven hablar
pero nosotros podemos
con los ojos platicar
cuando por dicha nos vemos
así nos entendemos
aunque no nos den lugar
y hasta nos amanecemos

Yo no necesito hijas de poetas, mejor voy a fandangos y así hasta me dan chance de cantar los versos yo mesmo...

Por cierto, yo no escribo cosas sesudas, ¡No me mezcles con los otros blocs!

Termómetro