Innovadora propuesta de trash art

Título: Galimatías vegetal, de la serie Naturaleza, Máter Nostra
Técnica: Materiales reciclados
Autora: Lapra Mirez
Monterrey, 2008

Perteneciente a la línea del trash art, esta obra fue concebida bajo la inspiración de lo efímero con el afán de hacer una dura crítica a la cultura consumista globalizada y una apología a la reproducción a través de una semilla generadora de vida.

Así, combinando servilletas, la envoltura de un popote o pajilla y huesos de aceituna el discurso contiene además diversas alegorías, donde las servilletas sucias luego de ser usadas durante una comida representan al ser humano, sus virtudes y bajas pasiones; la envoltura del popote equivale a la sociedad que reprime sentimientos y emociones pero que sin embargo es incapaz de ocultar las deformaciones y marcas consecuencia del ciclo vital por el que todos y todas discurrimos consciente o inconscientemente, así como cada una de nuestras vivencias y el modo en que reaccionamos a éstas.

Finalmente, los huesos de aceituna son el germen esperanzador a través del cual la humanidad intenta alcanzar su redención. Dos están juntas, lo que simboliza los eternos opuestos que irremediablemente están unidos, y la colocada encima de ambas, lo que está más allá de nuestro entendimiento, sea cual sea el nombre que cada quien desee adjudicarle: destino, azar, Dios, Buda, eterno retorno, karma, suerte, etcétera.

Por otra parte, a través de metáforas, la obra es una enérgica protesta hacia el planeta sometido por el ser humano y su sed inagotable de progreso a costa del sacrificio estéril del medio ambiente, representado por el color y la textura del papel, bajo un sentimiento de luto desde la perspectiva japonesa, donde el color blanco significa tanto inocencia como aburrimiento, mientras que en Occidente, donde equivale a pureza. De esta forma, los dos huesos de aceituna son la naturaleza cada vez más oprimida y relegada por los afanes capitalistas, mientras que el tercero es un guiño que la autora hace para decir que no todo está perdido.

Este trabajo formará parte en breve de la colección privada del Museo de Arte Contemporáneo de Glastiküternachtez, en Europa del Este, hoy punto de encuentro del trash art mundial.