Carritos, calor, niños y pánico

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El lunes fuimos a una tienda de autoservicio porque en el refri no había más que lechuga, mayonesa, huevo y limones, ah, y un six de cervezas que están ahí desde mi cumpleaños, así como dos botellas de Boone´s. Y aquel lugar parecía una jaula de monos aulladores. Como un día de quincena, pero pior.

Para empezar ni carritos había. Conseguí uno tras mantener a raya a tres señoras con la persuasión de unos gruñidos, sabia lección de las manadas de lobos. Había tantas personas que era necesario serpentear, sortear y hasta empujar, cosa que me causa mucha grima. Así pues, dentro de esa magnanimidad y con el afán de parecer civilizad@s todos y todas recorríamos el lugar como si se tratara de un hormiguero antes de la lluvia, literalmente.

Resultaba obvio que había preocupación por la inminencia del huracán “Emily”, que este mediodía entró a Nuevo León, y ante la recomendación de Protección Civil de tener a la mano agua, alimentos enlatados, linternas, etcétera, por el pronóstico de lluvias intensas, la gente se volcó en las tiendas. Repito, como hormigas.

Y la cosa seguía, aderezada con un chingomadral de moconetes y moconetas que ahorita están de vacaciones. Dicen que cuando se avecina un cambio de clima los primeros en notarlo son los animales, las lesiones óseas, las reumas y los niñ@s.

Imaginen ese enorme espacio cerrado con cachorros humanos corriendo de un lado a otro, chillando porque no les compraron los puños de La Mole, el disfraz de Campanita o el DVD de Barney, tácticas efectivas de tortura sistemática para toda la familia.

Creo que más de una madre estaría arrepentida de no usar anticonceptivos en su noche de bodas o en los súbitos momentos jariosos donde concibieron a los críos (y digo madre porque los papaces ni se daban por aludidos, su atención se dirige por lo general a la sección de aparatos eléctricos, DVD´s, revistas, herramientas y esas perendajas). Escapé al área de cajas cuando vi a una ñora que jalaban un carrito con tres chamacos como con un año de diferencia entre cada uno.

Hubo un diálogo simpático por lo absurdo.

-¡¡¡¡Mamáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, arghfgdtsstdhsdkakklsakl!!!!!!!-
-Qué quieres?-
-Quiero ese mono (niño señalando una figura del Hombre Elástico)-
-No te voy a comprar juguetes -
-¡Aaaaaaaaaaaajjjjjjjjrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!-(tentativa grado 2 de puchero y sollozo).
-Además ya lo tienes-
-¿Pero es que no ves que es diferente?-

Fin. Madre e hijo siguen su camino. Tan altos niveles de lógica escapan a mi entendimiento.

No siempre antes de la tormenta está la calma.

PD: Un día como hoy, pero de 1923, fue emboscado el caudillo revolucionario duranguense Pancho Villa. El Centauro del Norte fue jodido a la mala por unos jijos de la tiznada llamados Jesús Salas Barraza y Melitón Losoya, que aguardaron su paso por el centro de Hidalgo del Parral, Chihuahua y lo cosieron a balazos. Tras ser enterrado en una tumba sin cruz, en 1926 un norteamericano profanó la tumba se llevó a su país la cabeza.

Tras morir Carranza, Villa dejó las armas y es amnistiado por Adolfo de la Huerta, quien le da en propiedad la hacienda de "Canutillo", donde se retira a vivir pacíficamente para cultivar la tierra. A Doroteo Arango, su verdadero nombre, se le conoce por haber sido el cabecilla de la única invasión de México a territorio estadounidense (Columbus, Nuevo México, 9 de marzo de 1916). Mil 500 invasores confiscaron 100 caballos y mulas, incendiaron el pueblo y mataron a 17 estadounidenses y 67 mexicanos, con saldo de más de 100 bajas villistas. Esos son hombres, no pedazos.


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Aquí está Francisco Villa
con sus jefes y oficiales,
es el que viene a ensillar
a las mulas federales.
¡Ora es cuando, colorados! Alístense a la pelea
porque Villa y sus soldados,
les quitarán la zalea!
¡Ya llegó su amansador,
Pancho Villa el guerrillero,
pa'sacarlos de Torreón
y quitarles hasta el cuero!

Corrido villista. Fragmento tomado de "El Corrido Popular Mexicano", de Álvaro Custodio. Edit. Júcar.

Comentarios

lacuevadelaloba dijo…
A mi me dio un acceso de risa tipo Borola Burrón cuando vi la misma escena, pero con batos que iban muy contentitos a comprar carbón, chelas y arracheras, porque iban a hacer carne asada, pa soportar el huracán.
A menos que tengan una palapota o un patio techado, me pregunto cómo le irían a hacer pa que les prendiera la fogata. Si no, ya veo a la doñita toda enfurruñada porque le van a llenar de humo toda la casa.
Mañana seguro la veremos en la sección de Policia, toda madreada por haber regañado a su cavernícola fiestero.

En fin, la loba aulla de contento, porque llueve como le gusta. Me figuro que la Pato está feliche porque tendrá muchos charcos pa nadar.

Amamachos surtidos.
Anónimo dijo…
jajajajaj.. excelente!!!

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