Lo que hay que ver

Free Image Hosting at www.ImageShack.us

Ayer trascendió en las noticias que Knut, el cachorro de oso polar que es hoy por hoy la sensación en el zoo de Berlín recibió una amenaza de muerte anónima. El fax escrito a mano y supuestamente enviado por un detractor de los animales decía: “¡Knut está muerto! El jueves a mediodía”. Por una u otra razón, la supuesta amenaza no se cumplió, según reporta el diario alemán Bild, cuyo encabezado del día citó: “¡Amenaza de muerte, protección policial para Knut!”, encima de una fotografía del animal con semblante triste saliendo de detrás de un árbol. Antes de que uno pudiera terminar de decir Auf Wiedersehen, 15 personas fueron destinadas a resguardar la seguridad del osezno.

Días antes, en el Nuevo Mundo, la portada de un diario de tiraje nacional exhibió la macabra imagen de una persona en Guerrero cuya cabeza fue molida a balazos en una ejecución más relacionada con el crimen organizado. Lo singular del asunto fue que un perro, al parecer mascota del muerto, también fue ajusticiado y su cadáver dejado junto a éste, en un acto que sin querer queriendo hace pensar en el romántico concepto tanto en la cultura azteca, que mataba xoloiscuintles para que guiaran al fallecido rumbo al Mictlán, o en otras culturas para quienes los canes, gatos, caballos y demás animales domésticos tenían especial relevancia a la hora de colgar los tenis y emprender el viaje al más allá.

Las contracturas que joden mis hombros se pusieron más tirantes que de costumbre ante la indignación que sentí al pensar que ya de por sí el mundo es un desmadre tal, entre el estudiante coreano victimizado por sus compañeros que un buen día decidió comprar un par de armas y en desagravio por años de burlas llenar a sus compañeros de plomo; o un policía que efectuó la versión de nación en desarrollo de Un día de furia (aquel film con Michael Douglas) y la emprendió contra otros dos, más las balaceras y ejecuciones que a diario ocurren en todo el país, como para ahora emprenderla contra los animales, que les vale madres si los seres humanos nos empeñamos en exterminarnos unos a otros (al contrario, tal vez les estaríamos haciendo un favor).

Dicen que la historia está condenada a repetirse. Y en estos días, entre las generosas dosis de proyectiles y los gritos y sombrerazos de si el aborto se despenaliza o no, el abrumador avance de la extrema derecha a nivel mundial y las matanzas por hambre en África que vemos por las noticias mientras nos zampamos un jugoso rib eye con papas pareciera que hemos retrocedido no a una, sino a varias épocas: ahorita se me viene a la mente un Frankestein hecho con partes de la cacería de Brujas de Salem, la otra cacería de brujas de cerca de la mitad del siglo pasado, cuando el enemigo era el oscuro comunismo, las Cruzadas y la lucha feminista de los sesenta y setenta.

Con estos antecedentes uno podría presumir de contar con las valiosas lecciones que todos estos trozos de la historia nos legaron y no repetir los errores. Sin embargo, tal parece que nos raptaron los marcianos y al puro estilo de Men in black nos han borrado la memoria. Repito: lo que ha que ver.

Comentarios

Anónimo dijo…
Me encontraba escribiendo la colaboración para La Rocka, hice algo con encabezados de periódicos y quedaba un hueco. Vi esta nota y "Voila!" Puse que si a este osito lo tuvieran en el zoo de Chapultepec, seguramente habrían amenazado con matarlo " a puñaladas". (jo jo)

SF

Termómetro