Muy vergonzoso, pero asquerosamente cierto

Buitres
Por Rosaura Barahona

Si volviera a dar clases de periodismo en la universidad lo primero que enseñaría a los estudiantes es que los reporteros no son buitres. Y los pondría a ver algunos noticiarios locales para que aprendan cómo no hacer las cosas jamás.

Comprendo la dualidad de los medios: su obligación es informar, pero también ganar dinero para los accionistas que arriesgan su capital en el costoso aparato necesario para cubrir las noticias actuales.

Los medios dependen en gran medida de sus anunciantes, por eso cuidan las cuentas de las grandes corporaciones como si fueran reliquias de cristal. Esos anunciantes escogen en dónde sí y en dónde no pagar sus anuncios y sus decisiones se basan en la popularidad del medio, es decir, a cuántos lectores, radioescuchas, televidentes o paseantes llega el anuncio.

Por eso se genera una feroz competencia entre los medios. Se pelean las exclusivas como lo que son: oportunidades de quemar incienso al dios rating y vender más caros sus anuncios al asegurar que triunfaron sobre el otro o los otros medios.

En las clases de periodismo siempre hay ejemplos en donde los estudiantes aprenden cómo investigar una exclusiva. ¿Se acuerda de Watergate? Bueno, gracias a los periodistas involucrados, ahora sabemos todo lo que hicieron para lograrlo, pero en ese momento leíamos y dudábamos que pudiera ser cierto. Pero lo fue y Nixon debió renunciar.

Acepto que nuestro periodismo (empezando con este espacio) no siempre está a la altura de los países del primer mundo, salvo algunas excepciones. Pero tercermundistas y todo, muchos tratamos de hacer las cosas con dignidad por respeto al público, al medio que nos recibe y a nosotros mismos.

Por eso, a miles de regiomontanos nos horrorizó la cobertura de un canal local de televisión que violó todas las reglas del periodismo, so pretexto de "contribuir a acabar con la angustia de la familia".

Se trata del caso del niño autista William Eduardo Presas Rosas, de 7 años, desaparecido el viernes pasado. Encontraron un cuerpo ya en descomposición en el Río Pesquería y las autoridades dijeron que harían la autopsia antes de asegurar la identidad del niño. Las mismas autoridades pidieron a la familia no moverse de su domicilio, porque dadas las condiciones del cadáver era muy difícil su identificación.

Los reporteros, evidentemente adiestrados para ganar las exclusivas aun pasando sobre el respeto y el dolor de los deudos, fueron a la casa del niño y preguntaron a la mamá si era o no su hijo. La madre aseguraba no saberlo y entonces ellos la interrogaron sobre lo que llevaba puesto. La madre respondió: "un short naranja", y el reportero dijo: "Éste traía uno rojo...¿podría ser el mismo?".

No todo quedó en esos excesos. Desde el estudio, el encargado de dar las noticias sugirió llevar a la señora y a otros familiares hasta el río mismo para ver si podían identificar el cadáver. Y lo hicieron. Por fortuna las autoridades, al escuchar que venían, cubrieron el cuerpo, lo subieron a la camioneta y cerraron las puertas.

Ignoro qué tan inteligentes y sensibles sean estos reporteros, pero tienen toda la jerarquía de los valores periodísticos al revés. Si incluso los presuntos delincuentes y criminales merecen respeto, mucho más lo merecen las víctimas de un accidente, de una desgracia o los familiares de alguien que murió en circunstancias excepcionales.

Ignoro también cuánta zoología sepan. Creo que deben percibirse como audaces y eficientes. Ojalá estudiaran a los buitres, esas aves negras que revolotean sobre los animales muertos para devorarlos incluso antes de que mueran del todo.

Los buitres en el periodismo deben desaparecer. Si los reporteros y sus jefes carecen de la preparación y la capacidad necesarias para establecer patrones de conducta respetuosos y, sobre todo, humanos hacia quienes son o generan las noticias, que cambien de oficio.

Ser reportero no es traer el micrófono en mano, encajarlo en la boca del entrevistado(a) y hacer preguntas idiotas que no añadan nada a la noticia. Esa práctica debe desaparecer. Ojalá y revisen su conducta personal y profesional. Si lo hacen y son inteligentes, cambiarán. El periodismo regiomontano y nosotros lo agradeceremos.

(publicado en El Norte el jueves 11 de septiembre de 2008)

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