Diálogos para los que ya no tengo paciencia
Escena: Locación al aire libre, fiesta de Raymundo Pérez. En algún momento de la tertulia, un montón de monos y monas darketos llegaron sin invitación a pistear gratis. Nadie pudo echarlos. Uno de ellos, el menos darketo de todos, un tipo imberbe y gris como entre 18 y 20 años, ocupa la silla de al lado mío.
-Oye amiga, ¿me puedes regalar un cigarro?-
-No-
-Ah…ok…- (silencio incómodo)
(Como tres minutos después) -Bueno, te doy uno pero sordeado-.
-¡Órale, gracias amiga!-
Nunca debí hacerlo.
-Oye amiga- (me revienta los ovarios que me digan así), -¿y tú estudias o trabajas?-
-Trabajo-
-¿Y qué haces?-
-Soy bibliotecaria-
-Ah…órale, ¿y en qué biblioteca trabajas?-
-En la Fray Servando, si es que sabes dónde está-
-Ahhh…no me suena, pero, ¿entonces eso quiere decir que te gustan los libros?-
(En realidad los odio, pero era el único jale disponible, pensé en responder)
-Pues sí, me gustan-
-¿Y cuál es tu libro favorito?- (aghhhhhhhhhhh)
-Muchos-
-El mío es el de El símbolo perdido-
-Ah-
-Aparte me gustan los libros de terror, sobre zombies y vampiros-
- … -
-¿Y qué música te gusta?-
-De toda, menos el heavy metal-
-Ahhhh…este, no sé por qué, pero se me hace que me estás mintiendo-
- … -
-Te voy a preguntar algo: ¿te gusta el vallenato?
- Sí -
-Entonces estás diciendo la verdad-
- …. -
-Oye, ¿y de quién es la fiesta?-
-…-
-Es que cuando llegué un chavo pelón me dijo: no te conozco pero ten una cerveza-
-Ehmmm, creo que es el anfitrión-
-Ah, órale, chido-
(Abrí la última cerveza que tenía escondida debajo de la silla, fingí que una llamada llegaba al celular, me levanté y huí).
Comentarios