Entre luna llena y Venus
Según el calendario, nací un miércoles. Según el acta de nacimiento, como a las 15:30. Según el personal de La Conchita, pesé unos 2 kilos y medio. Según las primeras fotos, fui calva. Según mi madre, una vez tuve una fiebre tan alta que convulsioné, lo que supongo fue algo terrible para ella, pues algo similar le ocurrió como al año de edad, con la diferencia de que, según ella también, le detonaría la epilepsia que le acompañó de por vida.
Según los maestros, fui buena alumna y no daba problemas. Según mi padre, no debía tomar mis propias decisiones. Según mis verdaderos amigos, que a medida que envejezco entiendo que son menos y no los que creí, soy una mujer inteligente, sarcástica, honesta, a la cual quieren (allá ellos). Según mis colegas, soy profesional, discreta, eficiente, pero por desgracia, irreverente. Por eso nunca pasaré del corredor. Según la gente de alrededor, soy reservada. Según algunos hombres soy intimidante y "peligrosa". Algunas mujeres también lo piensan (tristemente, en estos tiempos el ingenio para dar con adjetivos precisos está subvalorado). Según la gente que como yo, pasea a sus mascotas en el parque, soy "rara" por recoger del piso las heces de mi perro.
Resulta que ante la otredad soy nada, poco, algo, mucho o demasiado, cada quien según como le va en la feria conmigo.
Según yo, la vida siempre está en otra parte y la felicidad, en cachitos, también. Cosa de apañárselas con lo que cae.
Sea como sea, gracias por todo. Salud.
-- Desde Mi iPhone
Según los maestros, fui buena alumna y no daba problemas. Según mi padre, no debía tomar mis propias decisiones. Según mis verdaderos amigos, que a medida que envejezco entiendo que son menos y no los que creí, soy una mujer inteligente, sarcástica, honesta, a la cual quieren (allá ellos). Según mis colegas, soy profesional, discreta, eficiente, pero por desgracia, irreverente. Por eso nunca pasaré del corredor. Según la gente de alrededor, soy reservada. Según algunos hombres soy intimidante y "peligrosa". Algunas mujeres también lo piensan (tristemente, en estos tiempos el ingenio para dar con adjetivos precisos está subvalorado). Según la gente que como yo, pasea a sus mascotas en el parque, soy "rara" por recoger del piso las heces de mi perro.
Resulta que ante la otredad soy nada, poco, algo, mucho o demasiado, cada quien según como le va en la feria conmigo.
Según yo, la vida siempre está en otra parte y la felicidad, en cachitos, también. Cosa de apañárselas con lo que cae.
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