Todos tenemos prioridades
Lunes 18 de junio entre 9:00 y
9:30 am. El chofer del taxi tenía puesto en la radio un programa llamado Enlace
99, de la XET-AM. De
lo que pude entender, un hombre denunciaba la odisea burocrática para recuperar
el motor de su auto, que le fue robado. Uno de los locutores, cuya voz sugería
que se trataba de un hombre mayor, le preguntaba si ya había hablado con las
autoridades. El radioescucha dijo que sí pero que nadie le daba solución, y que
incluso, le mencionaron que el motor era uno de los tantos que saturaban el área
a donde iban a parar los objetos robados y recuperados. El locutor entonces le invitó
—ignoro si en broma o en serio— a que le diera cincuenta pesos de moche al
encargado del sitio para agilizar las cosas. Ojalá se haya tratado de una broma,
porque, de ser cierto, creo que con el surrealismo que nos cargamos en este país
es más que suficiente como para agregar más.
Luego, una mujer llamó y se quejó
de algunas luminarias en mal estado en su colonia, y dio el número de reporte
que la CFE le pasó
hace un mes. Le prometieron que harían llegar su reclamo a la instancia
correspondiente.
Después, la llamada de otra mujer,
presunta funcionaria de casilla en alguna colonia de Monterrey o el área
metropolitana, fue pasada al aire. Ella y otros más fueron invitados a un
desayuno convocado por el PRI (aseguró) como parte de las campañas de los
candidatos “César, Abel y Oscar” (sic). La mujer no estaba indignada por el
hecho de que se convocase a funcionarios electorales a un evento organizado por
un partido político, sino porque “así como llegamos nos fuimos”: sin desayunar,
“mal atendidos” y otras cosas más.
Todo eso quedó atrás en cuanto
inició el reporte vial de Joel Sampayo.
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