Error de palabraje


Tan importantes las primeras palabras como las últimas, al menos socialmente. La familia celebra los bocetos del idioma que cada uno garabateamos en el aire, sin saber de su significado. Con suerte, una buena educación y suficiente curiosidad, quizá luego conozcamos plenamente el concepto de aquello que dijimos en aquel entonces. Tal vez nos importe. Cuando toca el turno de las últimas, si no hay sondas, demencia o intubación de por medio, el boceteo se repite. A las palabras se las lleva el viento pero al mismo tiempo pueden ser nuestro mayor legado. O el único. Las palabras tienen un peso, por ello hay que pensar muy bien antes de hablar. Ese paradigma, signo, señal, abrojo, sentencia, pista, deseo, complicidad, pacto, denuncia, traición. Despedida.

Cuánto gozo y terror las implica. Cuánta indiferencia también.

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