Ciudad Juárez en voz de un habitante


(centro de Juárez, a la derecha, la Casa Sauer, edificio histórico. Foto: yo)


(La crónica con visión foránea está en proceso de cocción...)

TESTIGO-Vivir en el corazón de la guerra de la droga en México
13 de octubre de 2008, 03:53 PM

por Ignacio Alvarado


CIUDAD JUAREZ, México (Reuters) - Mi vecino fue secuestrado, mi hija presenció un asalto a mano armada en la tienda de la esquina y un amigo casi muere por una bala perdida durante una riña en un crucero.

Mientras trabajo desde mi casa, detrás de una puerta con cuatro cerraduras, puedo escuchar los tiroteos en las calles y siento un nudo en el estómago cada vez que el teléfono suena.

Otro amigo recientemente contestó el teléfono y escuchó una voz decir: "Voy a matar a tus hijos si no me das mucho dinero".

Con decenas de extorsiones y secuestros diarios en Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, él no esperó a averiguar si la amenaza era real o una broma, simplemente se mudó a Toronto.

La vida en Ciudad Juárez, tristemente célebre por los asesinatos sin resolver de cientos de mujeres en la década de 1990, nunca ha sido precisamente placentera, pero a raíz de una nueva disputa entre las bandas del narcotráfico que estalló este año, la ley y el orden han colapsado.

El hombre más buscado de México, Joaquín "El Chapo" Guzmán, jefe del cártel de Sinaloa, ha declarado la guerra al señor de la droga local, Vicente Carrillo Fuentes, enviando a sus pistoleros para expulsar al cártel de Juárez. El cártel del Golfo -de la costa del Golfo de México- también se sumó a la batalla.

La disputa por el control del narcotráfico en la ciudad y las rutas de la droga hacia Estados Unidos ha dejado unas 1,100 personas muertas desde enero, casi cuatro muertes por día.

Con la oleada de muertos, resultado de tiroteos que se desatan de la nada o de grotescas sesiones de tortura, aquellos policías que no se encuentran en la nómina de las bandas de la droga están muy asustados para salir a patrullar las calles, y muchos inclusive prefieren renunciar.

La llegada a la ciudad de 3,000 soldados, que fueron recibidos como héroes por los habitantes a inicios del año, no ha mejorado la situación.

Ciudad Juárez es la urbe más violenta de México, dentro de la guerra entre las bandas de la droga que ha dejado más de 3,000 muertos en todo el país.

Como los asesinatos a plena luz del día se han vuelto algo casi normal, he visto a niños cruzar las cintas que delimitan las escenas del crimen para poder echar un vistazo a las víctimas.

También he visto cómo decenas de curiosos se detienen a contemplar vehículos salpicados de sangre y perforados por las balas, y los cuerpos esparcidos por el piso.

"¿Cuándo terminará esto? ¿Cuándo hayan matado a todos en la ciudad?", dijo recientemente una anciana mientras veía un cadáver tirado sobre la acera.


BRILLO PERDIDO

Ciudad Juárez alguna vez fue un sitio bastante glamoroso, una especie de Las Vegas que floreció en la época de la prohibición en Estados Unidos en la década de 1920 y principios de la de 1930, seduciendo a cantantes y estrellas de cine.

La ciudad, nombrada en honor al presidente reformista Benito Juárez, está salpicada de edificios históricos y monumentos que recuerdan las intensas luchas ocurridas aquí durante la Revolución Mexicana, entre 1910 y 1920.

En la barra del Kentucky Club se atendió a personalidades como Frank Sinatra, Ernest Hemingway y Marilyn Monroe en la década de 1950, y dicen que el lugar fue cuna de la Margarita, famoso coctel a base de tequila.

En los últimos años, a raíz del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994, Ciudad Juárez se ha convertido en un importante centro manufacturero, que produce bienes para el mercado estadounidense.

Pero con la dominante presencia del cártel de Juárez, el crecimiento económico no ha conseguido generar infraestructura social como parques o transporte público.

Por el contrario, las fábricas han causado un aumento descontrolado de la población en la ciudad, que está repleta de barrios irregulares y tiraderos de basura.

La impunidad reina en el lugar, como lo demostraron las autoridades locales al no aclarar los cientos de asesinatos de mujeres en la década de 1990, así que cuando Guzmán decidió extender su territorio a Ciudad Juárez, no hubo muchos obstáculos.

"El tejido social de la ciudad nunca se recuperó de los feminicidios", dijo Clara Rojas, investigadora de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. "El asesinato de esas mujeres fue tan brutal, y las autoridades nunca respondieron, provocando esta clase de impunidad", explicó.

Y mientras la campaña militar del presidente Felipe Calderón falla en su intento por controlar la violencia, la gente se encuentra más asustada y descontenta que nunca.

Los bares -desde las humildes cervecerías hasta el aún elegante Kentucky Club-, se encuentran vacíos porque cada vez más la gente opta por quedarse en casa.

Solamente en julio, a unas 1,700 personas -incluyéndome- nos robaron el automóvil en la ciudad.

Los turistas estadounidenses que solían venir a conseguir medicinas baratas y experimentar el aire de libertad de la frontera mexicana, desaparecieron hace tiempo.

Casi todos los habitantes quieren dejar la ciudad, y aquellos con familiares en Estados Unidos están solicitando visas para cruzar el Río Bravo y vivir en El Paso, Texas, donde sólo se han registrado 12 asesinatos en el año, ninguno relacionado con el narcotráfico.

Al igual que muchos otros, yo lleno formatos para solicitar la residencia en El Paso para poder continuar con mi trabajo como periodista pero poniendo a salvo a mi familia.

El gancho turístico de Ciudad Juárez como "La mejor frontera de México" parece una simple broma, yo diría que la ciudad ha perdido su alma.

(Reporte adicional de Tomas Bravo, editado por Gabriela Donoso)

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