Por un beso de la flaca daría lo que fuera

El 14 de abril pasado se cumplieron cinco años que vi a la muerte a los ojos. Literalmente.

Desde entonces ya no le temo, porque más allá de las circunstancias, es un evento que entraña una misteriosa y perturbadora poesía. Y aunque no le temo, la respeto.

Deseo que cuando regrese por mí lo haga rápido. No me gustan las despedidas.

Comentarios

Termómetro