Directo al hocico del Marlboro man, Foxilandia y Chago Creel

Hoy, el buen Santiago Creel, Secretario de Gobernación, deja su cargo para contender por la candidatura presidencial de su partido rumbo al 2006. El mismo Creel que ofreció dar respuesta a los feminicidios de Ciudad Juárez Chihuahua, las reforma energética, laboral y hacendaria, la Ley de Seguridad y Justicia Penal y otras cositas más.

Ese mismo Creel contestatario, incendiario y “vanguardista” del Grupo San Ángel, protagonista de los sueños húmedos de algunas mujeres. El que por poco tiempo fue calificado como una alternativa para dirigir el destino de un país que atraviesa la transición, fue el encargado de un programa de 40 acciones encaminadas a prevenir la violencia feminicida en Ciudad Juárez, de las cuales ninguna ha sido visible, ya que tan sólo en lo que va del año 33 mujeres han muerto en circunstancias violentas en esa ciudad, 27 en Ciudad Juárez y, de estas últimas, cuatro eran niñas, jodiéndole la declaración al presidente Fox de que la mayoría de los 440 homicidios perpetrados desde 1993 hasta ahora.

Hasta hace pocos días, el titular de Gobernación reconocía la necesidad de hacer un alto en el camino y evaluar las acciones implementadas hasta ahora, rescatar lo que ha sido positivo y revisar cuáles de las recomendaciones emitidas por organismos internacionales no han sido cumplidas, admitiendo la existencia de una enorme impunidad.

Su salida, así como la llegada de la nueva Fiscal Especial para Ciudad Juárez, la regiomontana Mireille Rocatti, quien fuera presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y quien en 1998 emitiera la primera recomendación del organismo sobre el problema de los feminicidios, parte de la cual está pendiente de cumplimiento, hacen pensar. Que las cosas pueden cambiar. Lo que aun se ignora es si para bien o para mal, o si de plano seguirán como siempre.

Desgraciadamente, este patrón de violencia de género se está repitiendo en otros estados del país, como Veracruz, Baja California, Chiapas y Distrito Federal. Quien crea que no es asunto de seguridad nacional, que se lo pregunte a los miles de mujeres y hombres que han perdido a una hija, pareja, hermana, sobrina, nieta o amiga en estas circunstancias. A l@s que viven diariamente la incertidumbre de no saber si los próximos restos que hallen en un baldío o el desierto juarense correspondan a ellas; de quienes por exigir respuestas son amenazados por la policía e ignorados por las autoridades.

Sigo pensando en el escándalo e indignación mundiales luego de la denuncia de tortura y violaciones a los derechos humanos a los presos iraquíes, a las mujeres afganas, a los ciudadan@s de Sudamérica y de tantas partes más. Y el monstruo en que se han convertido los feminicidios pareciera nada comparado con esos horrores. No es cierto. Está tocándonos la ventana mientras vemos la televisión.