Que dice la licenciada que pregunta el ingeniero que si el contador tiene lo que la abogada…

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Hoy escuché un comentario muy poco afortunado, que es una manera elegante de decir mega pendejo. Una persona equivalente al segundo a bordo le dijo a una asistente de dirección, a quien le habían ordenado solicitar una audiencia con aquélla. “Tú y yo no somos iguales, así que dirígete con mi asistente, tu igual jerárquico y dile lo que me tengas qué decir”, dijo la gran dama en cuestión.

Y ya sé que es algo tan viejo como el tiempo esta práctica, y ya sé que es cosa común en una sociedad mestiza y castiza como la nuestra, que durante 500 años no ha hecho otra cosa que obedecer, ceremoniar, protocolizar y tenderle la alfombra roja a todo lo que se mueva, siempre y cuando brille. Hay que ver lo que pasa en tiempos donde la equidad es el porqué de más de un proyecto de nación.

No tengo ganas de hacer recuentos antropo, socio e históricos sobre el tema. Lo que sí es que me caga la excesiva formalidad, creo que éste no es el término correcto pero no recuerdo la palabra precisa (ceremoniosidad, lamehuevismo….mmmm, ando cerca). Estoy de acuerdo, aunque no conforme, con la existencia de jerarquías o escalas alimenticias tanto en la cosa pública como en la privada. Pero de eso a pensar y peor aun, decir, que una persona no es igual a otra sólo por el hecho de un nombramiento u actividad me indigna y me provoca lanzar sonora trompetilla y un estentóreo: no mames.

Pienso que una cosa es el respeto necesario para unas relaciones laborales, si no maravillosas ni sanas, por lo menos cordiales, que permitan a tod@s hacer su jale y hacerlo bien, y otra harto diferente instaurar una corte virreinal en el país del cambio.

Haber nacido en una generación distinta o moverme en círculos informales quizá han hecho de mí una niña de las montañas, la versión femenina de Mogwli en la jungla de asfalto o que sé shó, diría mi gaucho buen amigo Adrián. Sea lo que fuere para mí lo que haga o deje de hacer no me hace quedar ni arriba ni debajo de nadie. Pero nadie jamás podrá decir que he sido grosera o irreverente en el trato hacia quienes por su grado de responsabilidad y actividades, ocupen sitios estratégicos de mayor poder que yo, tan sólo por no haberles hablado de usted, arrodillado ante su presencia o mantener la cabeza baja para no ofender su mirada.

Es cierto, ningun@ de nosotr@s somos iguales a alguien más, eso emana de la personalidad de cada ser humano como ser vivo, reflexivo y pensante (sometimes), no de las medallas al mérito o títulos nobiliarios salidos de caja de cereal.

Así que para toda esa gentecilla va:

ptrrrrrrrrrrrrrrrrrr... no mamen.

Comentarios

lacuevadelaloba dijo…
I know what you mean, my deer. Me entran unos instintos palestinos que no veas,

Por qué no les regalamos un buen perro rabioso, una viborisha o un metro de mecate en su cumpleaños?

Si sigues poniendo estas linduras, vas a tener que ime a llevar los Benson al Topo cualquier dia de estos.

aghhhhhh
pepo dijo…
Solo puedo agregar mi frase favorita:
Recuerda que eres único, como todo el mundo...

Salut
Completamente de acuerdo.

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