Hoy le compré a mi niña la última muñeca...*

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El de hoy es un post muy personal. Es un texto de muchos que fueron leídos la madrugada del 1 de mayo durante el festejo de los quince años del Café Nuevo Brasil, un refugio de seres humanos, algunos proscritos de la sociedad, otros inconformes, otros interesados y otros más que llegaron ahí porque sí. Periodistas, escritores, políticos, poetas, activistas sociales, moneros, fotógrafos, músicos, diseñadores, desempleados, abogados, locos (con sus respectivas variantes femeninas), etcétera.Zona donde la irreverencia, la honestidad, el desfogue, las ideas, pero sobre todo la amistad son parte del menú.

El refugio de muchos y muchas ante esto que se llama realidad. La primera etapa de este café inició hace algunas décadas y...bueno, quien tenga curiosidad por visitar este zoológico humano puede ir a Zaragoza casi esquina con Washington, a un lado de El Caracol y a un costado de El Norte. Luego cuentan si lo que digo es cierto o no.Pregunten por Moani o por Juanita. Salud.


Sin título

Creo que los y las demás habrán dicho todo lo que pudiera mencionar en estos momentos. Y como además me declaro enemiga de la cursilería y del cha la la, así como ignoro gran parte de los hechos ocurridos en quince años de vida del Nuevo Brasil, o lo que sé lo supe por transmisión oral, la cosa se pone más difícil. Seré honesta y haré un flashback.

Las primeras borracheras de mi vida. Eternas discusiones sobre los mismos temas. Elia pidiéndome la acompañara al baño, y yo de wey aceptando. El lugar de encuentro para mis escasos dates. Donde un europeo me partió por última vez el corazón. La mesa donde Chema Alanís, después de hablar de Oriana Falacci un 23 de diciembre, me dijo: nos vemos luego. Y ese luego no llegó. El sitio donde conocí a Jaime Avilés.

La madriguera de las brujas, o talibanas, como decía López Moya y otros más, con quienes estaba la noche que recibí la llamada que inicio de la despedida de mi madre. Moani, su hospitalidad y sus tiros de bajo impacto y su lenguaje cifrado que nunca llegué a entender por completo y sus “abusando de la amistad”. Los personajes pulp fiction que no cejan, como las palomillas rondan la luz, aunque creo que todas y todos llevamos un freak dentro. La rockola. Las entomatadas con queso por favor. Los frijoles con piedras fugitivas, pero a pesar de ello están bien ricos. Las anécdotas jocosas o truculentas. Geroca.

Los desayunos de gorra a los que nunca fui. Juanita y sus caribe cooler. Reyna lidiando y soportando como mártir a cierto acosador. Sergio y el dominó que tenemos harto descuidado. Oscar Silva y los chales de temas variopintos. El espejo de la barra. Lupita y el síndrome del asesino, siempre con la espalda en la pared, pa no perder como le pasó a un tío. Mi refugio cuando las cosas no tienen remedio.

Camionazos, partidos de fut llanero, tocadas celestiales de blues, jazz, canto nuevo, rock, fara fara, son cubano, etcétera, y otras infernales con seres que salieron debajo de alguna piedra. Hernie y su eterno gesto de sorpresa. Los payasos misóginos que nos hicieron huir. Las deudas saldadas. Los fines de año. Las quinielas. Obed gritando corridos. La galería de fotos de comensales. Qué decir de los hombres del Brasil, a toda madre unos y vómito negro otros. Las fotos, todas las fotos. La gente que a diario se deja observar, como si estuviéramos en un zoológico.

Supongo que aquí llegamos las y los que no encajamos en ninguna parte, quizá quienes están inconformes con la vida, quienes se niegan a seguir a las manadas de ñus. Como una isla de animales en peligro de extinción, suerte de dodós, tigres de Tasmania, manatíes o mariposas monarca, donde casi creo que sólo queda un ejemplar de cada especie. No es elogio, que conste.

No sé por qué elegí o fui elegida por este lugar. No sé de qué privilegios gozo o si están midiendo mis límites de tolerancia. Pero creo que me ha enseñado a apostarle a la espontaneidad.

* para quienes desconozcan el sentido de la frase que titula el post, hace referencia a una canción que suele cantarse en las fiestas de quince años de las clases populares de esta parte del país...

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