Memorias de una nóvel reportera, parte 1

Entrevista con Ventura Cantú (1932-2010)
Publicada en el periódico Vida Universitaria, allá como por el 99, como parte de un especial de artistas del teatro de carpa.

Hacer reír a un niño parece cosa fácil. Hacer reír a muchos como que se torna complicado. Aunque no tanto para Don Canuto, un muñeco de veinte años de edad que se hace acompañar de un ventrílucuo de sesenta y seis primaveras llamado Ventura Cantú.

Antes de conocerse, Ventura vivía en casa de una tía en Tamaulipas, que compartía con una familia de artistas de origen cubano. Aquí es donde el gusanito de la ventriloquía comienza a mellar el espíritu de Ventura, que en ese tiempo tenía siete años. Eso y la ocasión en que un mago-ventrílucuo visitó su escuela definieron de alguna forma su vocación. Sin perder tiempo, Venturita comenzó a practicar con las muñecas de su hermana que sin querer dejó terriblemente maltratadas. Corría el año cuarenta y dos. Tres años más tarde se muda a Monterrey con sus parientes, y en sus ratos libres frecuentaba los teatros de carpa de la ciudad para escudriñar de cerca la forma de vida de los famosos en aquel tiempo y de paso buscar alguna oportunidad para demostrar sus habilidades en la ventriloquía. Tras su debut a los dieciséis años en la Quinta Calderón, la fusión Don Canuto-Ventura se hace realidad gracias a la generosidad de un compañero de trabajo, quien le regala al muchacho un muñeco que no usaba. Ventura estaba que no se la acababa de gusto. “Yo quería trabajar, aunque no me pagaran. Antes, cuando los artistas tenían un trabajo preguntaban ¿cuándo? Ahora preguntan ¿cuánto?”.

Después de un buen tiempo de trabajar en teatros y carpas “el inicio de casi todos los artistas”, Ventura, siempre con Don Canuto, llega a la XET en radio, donde cada domingo realizaba el programa “Canciones de Cri-Cri”. La suerte le sonreía cada vez más, porque luego una compañía refresquera de la localidad lo contrataría como artista exclusivo para realizar giras por el país y a veces hasta a lugares como Venezuela, Argentina, Canadá, Cuba o Colombia. En un dos por tres, la televisión también pondría sus ojos en este peculiar dueto.

Antes de continuar, Ventura aclara: “Este año se cumplen cincuenta años del nacimiento de Don Canuto. Nuestro encuentro fue muy difícil. El primero me lo dio un compañero. Ahí nació el primer Don Canuto, que me robaron en Estados Unidos. Mandé hacer otro, y lo robaron en una estación de autobuses. El tercero se perdió en una gira política cuando acompañaba a Echeverría en una gira de promoción. Este es la cuarta generación de Don Canuto, tiene apenas 20 años”.
Para Ventura, el éxito cosechado es una mezcla de factores. “El éxito ha sido parte suerte, trabajo, terquedad, constancia, búsqueda de la superación. Tocar puertas, llevar una vida sana. Es lo más importante”. Y si en verdad se desea permanecer vigente en el gusto del público, lo que este personaje de la cultura popular recomienda es actualizarse constantemente.
Ventura y Don Canuto (en sus cuatro generaciones) llevan cinco décadas juntos haciendo reír a niños de varias generaciones. En este tiempo, ¿quedará algo por decir?.

¿Qué le gustaría decirle Ventura Cantú a Don Canuto?
Darle las gracias por ser mi compañero fiel de casi toda la vida. Le debo un homenaje. No protesta, su traje le dura muchos años, no se pone en huelga.

¿Y viceversa?

Que ya no sea tan flojo y desidioso.

***
Ventura Cantú nació en Ciudad Madero, Tamaulipas, en 1932. Tenía tan sólo doce años cuando comienza a practicar la ventriloquía, a principios de los años cuarenta, gracias a la influencia de Paco Miller. Su debut como ventrílucuo junto a Don Canuto es en la Quinta Calderón (ahora el restaurante El Tío Obispado) en 1948. Empieza a trabajar profesionalmente en el Teatro México. Incursionó en el box, la radio, televisión (lo más reciente, la telenovela “Dos Mujeres, un camino” donde encarna a un sacerdote), cine y la política, al trabajar en la administración de Alfonso Martínez Domínguez. Trabajó junto a Pedro Armendáriz, Agustín Lara, María Félix, Erick Estrada, Alberto Vázquez, Resortes, Fernando Soto “Mantequilla”, Chicote, Carmen Salinas, Piporro, Borolas, Manolín y Shilinsky, Javier Solís, Pedro Vargas, Andrés García y Roberto Cañedo. Hoy por hoy realiza funciones en escuelas, eventos particulares y del municipio, así como en empresas.

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