Oda al ectoplasma
dedicado a quienes han tenido el honor de soportarlos
Ectoplasma: Parapsicología: Palabra tomada del griego (estos = afuera; plasma = cosa) para designar una aparente materia que sale, en determinadas condiciones, del médium en trance y toma formas o ejerce fuerzas y movimientos. Med.- Capa exterior del citoplasma en organismos unicelulares.
La misma parapsicología desconoce la naturaleza del ectoplasma, considerándolo como un fenómeno de concentración de “telergía”; siendo ésta una fuerza psicofísica emanada de ciertos sujetos dotados, que produce movimientos de cosas sin ser tocadas por ellos.
Parece que no, pero siempre estás ahí
amorfo, mudo, invisible
a menos de que alguien
compruebe tu existencia tomándote una foto.
Aun así, la certeza de ti es todo menos eso.
Se dice que estás compuesto por energía
emanada de seres humanos atípicos
y que recorres tiempo y espacio
como un gato va de la sala a la cocina.
Algunos te catalogan como fantasma
de esos que cargan dolor, cadenas,
recuerdos o lo que es peor,
asuntos pendientes.
Lo que es innegable
al menos lo que me consta
es que eres artífice de ciertas sensaciones
que hacen presa del cuerpo de quienes
en vidas pasadas -o por vivir-
fueron o serán cosa muy tuya, oscura,
anegada de encrucijadas.
Que, sin ritos, desalojos o exorcismos
jamás te separarás del costado,
o de la espalda,
cabeza,
ojos
o ingles
de los seres
cuya existencia te hace
por momentos,
con mucha, mucha nostalgia
recordar
el salvaje, rabioso y alucinante
movimiento de tus secas y estáticas entrañas.
Ectoplasma: Parapsicología: Palabra tomada del griego (estos = afuera; plasma = cosa) para designar una aparente materia que sale, en determinadas condiciones, del médium en trance y toma formas o ejerce fuerzas y movimientos. Med.- Capa exterior del citoplasma en organismos unicelulares.
La misma parapsicología desconoce la naturaleza del ectoplasma, considerándolo como un fenómeno de concentración de “telergía”; siendo ésta una fuerza psicofísica emanada de ciertos sujetos dotados, que produce movimientos de cosas sin ser tocadas por ellos.
Parece que no, pero siempre estás ahí
amorfo, mudo, invisible
a menos de que alguien
compruebe tu existencia tomándote una foto.
Aun así, la certeza de ti es todo menos eso.
Se dice que estás compuesto por energía
emanada de seres humanos atípicos
y que recorres tiempo y espacio
como un gato va de la sala a la cocina.
Algunos te catalogan como fantasma
de esos que cargan dolor, cadenas,
recuerdos o lo que es peor,
asuntos pendientes.
Lo que es innegable
al menos lo que me consta
es que eres artífice de ciertas sensaciones
que hacen presa del cuerpo de quienes
en vidas pasadas -o por vivir-
fueron o serán cosa muy tuya, oscura,
anegada de encrucijadas.
Que, sin ritos, desalojos o exorcismos
jamás te separarás del costado,
o de la espalda,
cabeza,
ojos
o ingles
de los seres
cuya existencia te hace
por momentos,
con mucha, mucha nostalgia
recordar
el salvaje, rabioso y alucinante
movimiento de tus secas y estáticas entrañas.
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